Bénédicte LAJARRIGE es una artista autodidacta francesa nacida en 1969 en Auxerre (Yonne), vive y trabaja en Auvernia.
En 1990, tras una carrera en diseño de interiores, Bénédicte retomó la pintura artística, un sueño de adolescencia que nunca la ha abandonado.
Concentrada en la creación pura más que en un tema, un mensaje o una teoría específicos, crea cuadros que captan la luz, acentúan la transparencia y, sobre todo, encuentran su principal expresión en el color.
Sobre el color y sus variaciones, "Primero creo mi paleta en busca de sensaciones y armonías. Una vez elegida la paleta y el formato del lienzo, cuchillos, pinceles y brochas se ponen a trabajar, siempre al ritmo de la música. Liberando el gesto, encuentro el ritmo y la respiración de mi composición.
A medio camino entre lo abstracto y lo figurativo, sin bocetos ni soporte fotográfico; un viaje a mi imaginación, lleno de la fuerza y la emoción del color.
"El color, su fuerza y su poder, pero también el equilibrio del ying y el yang, sorprende y pide al ojo que se detenga, que se interrogue, que vea, que interprete para hacer suyo el lienzo del artista.
Como un aprendiz de brujo, los gestos del artista son seguros e instintivos, creando un lienzo único que combina audacia y delicadeza, fuerza y dulzura, amor y miedo.
Son verdaderos vuelos hacia la libertad, la emanación de los sueños en una explosión de fuegos artificiales".
Philippe Godard, coleccionista y amigo